Nos encontraríamos ante la verdadera fundadora del cristianismo, uno de los secretos mejor guardados de la Iglesia Católica. La fuerza de lo femenino se abre paso. La justicia no ha hecho más que empezar.
María Magdalena es mencionada, tanto en el Nuevo Testamento canónico como en varios evangelios apócrifos, como una distinguida discípula de Jesús de Nazareth. Es considerada santa por la Iglesia Católica Romana, la Iglesia Ortodoxa y la Comunión Anglicana, que celebran su festividad el 22 de julio. Reviste una especial importancia para las corrientes gnósticas del cristianismo. Su nombre hace referencia a su lugar de procedencia: María de Magdala, localidad situada en la costa occidental de lago de Tiberíades. Hay quien pone en duda su existencia histórica, aunque autores ateos o agnósticos expertos en el "Jesús histórico" no dudan de su historicidad.
María Magdalena ha sido identificada a menudo con otras mujeres que aparecen en los evangelios. A partir de los siglos VI y VII, en la Iglesia Latina se tendió a identificar a María Magdalena con la mujer pecadora que, en Galilea, en casa de Simón el fariseo, ungió los pies de Jesús con sus lágrimas. los datos evangélicos no sugieren que haya que identificar a María Magdalena con María, la que le unge a Jesús en Betania, pues parece que ésta es la hermana de Lázaro. Tampoco permiten deducir que sea la misma que la pecadora que según Lucas ungió a Jesús, aunque la identificación es comprensible por el hecho de que San Lucas, inmediatamente después del relato en que Jesús perdona a esta mujer, señala que le asistían algunas mujeres, entre ellas María Magdalena, de la que había expulsado siete demonios.
Mientras que el cristianismo oriental honra especialmente a María Magdalena por su cercanía a Jesús, considerándola "igual a los apóstoles", en Occidente se desarrolló, basándose en su identificación con otras mujeres de los evangelios la idea de que antes de conocer a Jesús se había dedicado a la prostitución. Esta idea nace, en primer lugar, de la identificación de María con la pecadora de Lc 7:36-50, de quien se dice únicamente que era pecadora y que amó mucho; en segundo lugar, de la referencia en Lc 8:2, donde se dice, esta vez refiriéndose claramente a María Magdalena, que de ella "habían salido siete demonios". De toda forma, según las palabras de Jesus, se puede ver la figura de Maria Magdalena bajo otro aspecto:
"Le son perdonados sus muchos pecados, porque ha amado mucho" (Lc 7,47)
Su pasado pecador no es un desdoro. Pedro fue infiel a Jesús y Pablo un perseguidor de los cristianos. Su grandeza no está en su impecabilidad sino en su amor.
Sin embargo no podemos entender la importancia de María Magdalena sin los evangelios apócrifos.
Cuando hablamos de evangelios "apócrifos" esto significa que no han sido considerados oficiales por la iglesia, que no han sido considerados como "inspirados". Esta distinción se hizo sólo hacia el siglo III o IV. En las primeras comunidades cristianas existían muchos evangelios y no había diferencia entre los apócrifos y los oficiales. Llegó un momento en que había unos 100 evangelios y la iglesia comenzó a separarlos y escogió cuatro que según la iglesia tenían mayor credibilidad y se consideran inspirados por Dios, y a los otros entonces se los empezó a considerar falsos, cuando en realidad en un principio todos eran iguales. Muchos de esos apócrifos fueron quemados y desaparecieron.
En los inicios del cristianismo hubo dos corrientes en pugna: "la corriente tradicional, de Pablo y Pedro, y la de los gnósticos capitaneada por María Magdalena", pero después cuando gana la corriente masculina de Pedro y de Pablo empiezan a arrinconar a la corriente gnóstica de María Magdalena y poco a poco empiezan a perseguir a los gnósticos, una de las corrientes de principios del cristianismo. Los evangelios apócrifos también presentan a un Jesús "mucho más gnóstico", "gnosis" significa conocimiento, es decir a una teología "basada sobre el conocimiento más que en el pecado". Los gnósticos -una filosofía de origen griega- decían que el mal venía de la ignorancia y por lo tanto la forma de redimirse era el conocimiento.
¿El autoconocimiento?
Así es y por tanto la salvación no era a través de la fe, de alguien de afuera que nos viene a salvar, sino que con el autoconocimiento es como llegamos a encontrar al Dios que está dentro de nosotros. Para los gnósticos no había jerarquías, Dios está dentro de la conciencia, mientras que en la otra corriente, la más tradicional, Dios estaba fuera, estaba encarnado en Jesús y el pecado es el origen de todos los males. Por lo tanto, para salvarse hay que liberarse del pecado original a través de los sacramentos, siempre a través del exterior.
Algunos autores recientes han puesto en circulación una hipótesis según la cual María Magdalena habría sido la esposa, o la compañera sentimental, de Jesús de Nazareth, además de la depositaria de una tradición cristiana de signo feminista que habría sido cuidadosamente ocultada por la Iglesia Católica. Estas ideas fueron desarrolladas primero en algunos libros de historia, como El enigma sagrado ("The Holy Blood and the Holy Grail", 1982), de Michael Baigent, Richard Leigh, Henry Lincoln; y La revelación de los templarios ("The Templar Revelation", 1997), de Lynn Picknett y Clive Princey, Peter Berling (Los hijos del Grial) y Dan Brown (El código Da Vinci, 2003), entre muchos otros.Los partidarios de esta idea, se apoyan en tres argumentos:
1. En varios textos gnósticos, como el evangelio de Felipe, se muestra que Jesús tenía con María Magdalena una relación de mayor cercanía que con el resto de sus discípulos, incluidos los apóstoles. No obstante, esta interpretación no tiene en cuenta que, de acuerdo con el carácter simbólico de estos textos, lo más probable es que en ellos María Magdalena sea una representación de los gnósticos como verdaderos depositarios de las enseñanzas secretas de Jesús, en tanto que los apóstoles simbolizan seguramente a la Iglesia oficial que, según el punto de vista gnóstico, no comprendió sus enseñanzas y las desfiguró.
2. En los evangelios canónicos, María Magdalena es, excluida la madre de Jesús, la mujer que más veces aparece (17 vez mas que Maria Madre) y es presentada además como seguidora cercana de Jesús.
3. Otro argumento que esgrimen los defensores de la teoría del matrimonio entre Jesús y María Magdalena es que en la Palestina de la época era raro que un varón judío de la edad de Jesús (unos treinta años) permaneciese soltero, especialmente si se dedicaba a enseñar como rabino, ya que eso hubiese ido en contra del mandamiento divino "Creced y multiplicaos". No obstante, el judaísmo que profesó Jesús era muy distinto del actual, y el papel del rabino no estaba todavía bien definido. Sólo después de la destrucción del Segundo Templo, en 70, el papel del rabino quedó establecido con claridad en las comunidades judías. Antes de Jesús, está atestiguada la existencia de maestros religiosos solteros, por ejemplo en los círculos esenios. También Juan el Bautista fue soltero, según todos los indicios. Más adelante, algunos primeros cristianos, como Pablo de Tarso, serían también predicadores célibes.
María Magdalena, ¿pecadora?
¿A qué se dedicaba María Magdalena antes de su encuentro con Jesús, es decir, antes de su conversión y de decidirse a seguir los mandamientos del Maestro?
Para muchos cristianos, la pregunta es muy sencilla y tiene una respuesta casi obvia: María Magdalena era pecadora pública, prostituta. La tradición cristiana, y una abundante iconografía, corroboran esa respuesta.Sin embargo, si queremos apoyar esa afirmación en las Escrituras, nos llevaremos una sorpresa. En ningún lugar del evangelio dice que Magdalena fuera prostituta; ni siquiera que fuera pecadora.
Se dice que Jesús tuvo una seguidora que lo amó tanto como para tener el valor de asistir a su crucifixión, una seguidora a la que él amo tanto que le eligió como la primera persona en saber de su resurrección. Este personaje ha llegado hasta nosotros con una profesión y un nombre polémicos: María Magdalena, la prostituta. Pero en los evangelios Canónicos nunca se la presenta como tal, a lo sumo se la relaciona como una pecadora arrepentida. La vinculación de María Magdalena con una prostituta se debe a una interpretación bastante tardía, realizada por lo menos en el siglo IV, si no más tarde, que basa en una lectura discutible del célebre pasaje del Evangelio según San Lucas en el que aparece una pecadora que lava los pies del Señor y los enjuaga con sus cabellos. El lavado de pies era un servicio que se hacía para mostrar acogida y hospitalidad o simplemente por deferencia. Normalmente lo realizaba un esclavo no judío o una mujer, pero no una prostituta. Una interpretación literal del personaje de la Magdalena y de su profesión no solo resulta errónea y desecadora, sino que también puede inducirnos a error o impedirnos descubrir qué se oculta detrás de uno de los temas más ricos y bellos del cristianismo.
María Magdalena permanece, hasta el día de hoy, como una de las figuras más alusivas y misteriosas. No es nueva la especulación del rol que jugó en el desarrollo del inicio del Cristianismo; ha sido tema de muchas teorías y mitos a través de la historia eclesiástica. Esta especulación ha sido el resultado del silencio ensordecedor dentro de las propias Escrituras; esta mujer aparece citada en los Cuatro Evangelios como la que presenció la Crucifixión de Jesús y la tumba vacía en la mañana de la Resurrección. ¿Por qué no sabemos nada más acerca de ella? ¿Qué contribuciones aportó al desenvolvimiento de la iglesia en sus inicios que no conocemos?
Las muchas contribuciones positivas hechas por las mujeres al desarrollo de los inicios de la iglesia se han reducido al mínimo a través de la historia. Según nuevos estudios el papel prominente de las discípulas femeninas fue una pieza fuertemente enraizada de la tradición que se convirtió rápidamente en una vergüenza a los líderes masculinos de la iglesia institucional emergente. Muchos eruditos prominentes han discutido, absolutamente convincentemente, que había un esfuerzo concertado de parte de la dirección masculina de la iglesia antigua para suprimir el conocimiento de cualquier contribución importante hecha por las discípulas femeninas.
La investigación de Raymond E. Brown (1979) se utiliza como la base primaria para este artículo.
Según Brown, el Cuarto Evangelio fue originado por un seguidor anónimo de Jesús identificado adentro del texto del Evangelio como el Discípulo Amado. Este Discípulo Amado conoció a Jesús personalmente y estaba en el grupo original de la Comunidad Joánica (Brown 1979: 31). El Cuarto Evangelio fue basado en la cuenta del testimonio ocular de este Discípulo (Juan 21:24).
En un cierto punto después de la muerte de Jesús, los líderes masculinos emergentes de esa Comunidad simplemente se desconcertaron sobre tener una fundadora femenina. (Recuérdese, estamos haciendo referencia a las actitudes masculinos sobre las mujeres hace 2,000 años.) Para amalgamizar su comunidad con la mayoría de la sociedad, suprimieron algunas de las prácticas más radicales que Jesús les enseñó con su ejemplo -- tal como tratar cada uno con dignidad, igualdad, y respeto, incluyendo el enfermo, los pobres, los oprimidos y las mujeres.
Hoy, la mayoría de los eruditos bíblicos, Católicos y Protestantes, afirman que San Juan de Zebedeo no escribió el Cuarto Evangelio. Atribuyen la profesión de autor al Discípulo Amado "anónimo."
Muchos grupos Gnósticos practicaron igualdad radical. Creyeron que Dios actuaba y se comunicaba a través de tanto los hombres como las mujeres. Tanto hombres como mujeres eran líderes y profetas en sus comunidades. Muchos hombres, incluyendo ésos en la iglesia, se sintieron amenazados por ellos.
Los Cristianos Apostólicos se validaron como creyentes "ortodoxos" porque estaban dispuestos a modificar sus creencias cristológicos para conformarse con las enseñanzas de la jerarquía de la iglesia institucional emergente. Los Gnósticos o Secesionistas fueron rápidamente nombrados como "heréticos" por la iglesia porque no hicieron tales modificaciones.
Los Cristianos Apostólicos, por otra parte, se alinearon con la iglesia institucional. Los líderes de la iglesia institucional ejercieron presión sobre ellos para suprimir, entre otras cosas, su tradición afirmando que una mujer era su fundadora y líder anterior. El resultado final de esta supresión es el Cuarto Evangelio como lo tenemos hoy.
Alguien, un redactor, encubrió cuidadosamente la identidad de María Magdalena como la Discípula Amada, refiriéndole solamente como un discípulo anónimo. El redactor formuló de otra manera cualquier referencia a María Magdalena substituyéndolas con referencias anónimas al Discípulo Amado o a "otro discípulo." Para la mayoría del documento esto era bastante fácil de hacer y el texto que resultaba aparecía ser congruente. En vez de ver la Magdalena nombrada, al que lee se le presenta simplemente el discípulo masculino anónimo.
Quitando referencias a María Magdalena de la mayoría de la historia era fácil. Sin embargo, en el camino de su obra, el redactor fue enfrentado con un problema. La tradición que coloca a María Magdalena en el pie de la Cruz y en la Tumba Vacía en la mañana del domingo era demasiado fuerte para negar. La presencia de la Magdalena en ambos de estos acontecimientos era conocimiento común entre la mayoría de las comunidades Cristianas tempranas.
El redactor no podía omitir fácilmente cualquier referencia a la Magdalena en la Crucifixión o cualquier referencia a ella como testigo primario a la Resurrección. Sin embargo, el redactor todavía deseó establecer el Discípulo Amado como el fundador de su comunidad y como testigo ocular a estos acontecimientos importantes en la obra de la salvación. Así, él podría todavía mantener que el fundador de su comunidad era un testigo ocular a los acontecimientos en el Evangelio aunque él no puede inexplicablemente revelar su identidad (Juan 21:24).
La solución para este problema era realmente absolutamente simple. En esos dos acontecimientos donde no se podría negar la presencia de la Magdalena, así que se formulará de otra manera el texto para ser aparecer que María Magdalena y el Discípulo Amado son dos individuos distintos que aparecen simultáneamente en el mismo lugar, al mismo tiempo. Por consiguiente, María Magdalena y el Discípulo Amado masculino aparecen juntos en el Cuarto Evangelio en solamente dos segmentos -- 19:25-27 (en el pie de la Cruz) y 20:1-11 (en la Tumba Vacía en la mañana del domingo).
El segmento del Cuarto Evangelio que tiene María Magdalena y el Discípulo Amado junto en el pie de la Cruz dice lo siguiente:
**Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, y la hermana de su madre, María, esposa de Cleofas, y María Magdalena. Cuando Jesús vio a su madre, y junto a ella al discípulo a quien él quería mucho, él dijo... (Juan 19:25ff)**
La estructura de esta lectura está muy extraña. En la primera sentencia (v. 25) se puede leer una lista de las mujeres que estaban junto a la Cruz de Jesús. En la segunda sentencia (v. 26) se parece referir a la lista ya mencionada de mujeres junto a la Cruz cuando se llama a una de ellas el discípulo que Jesús quería mucho. Si uno leyera solamente la porción del segmento ya citado, uno asumiría fácilmente que el "Discípulo Amado" es una de las mujeres junto a la Cruz con la madre de Jesús. (Lee te lo otra vez y vea si usted no estas de acuerdo.)
La lectura entera dice lo siguiente:
**Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, y la hermana de su madre, María, esposa de Cleofas, y María Magdalena. Cuando Jesús vio a su madre, y junto a ella al discípulo a quien él quería mucho, el dijo a su madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo." Luego le dijo al discípulo: "Ahí tienes a tu madre." Desde entonces, ese discípulo la recibió en su casa. (Juan 19:25-27)**
La versión original ante-canónico de este segmento refirió probablemente a María Magdalena como la discípula que Jesús quería mucho. Con el uso de pronombres masculinos (en Griego), quien redactó podía cambiar la Discípula Amada en el varón anónimo aparentemente como una idea posterior.
Brown ha observado que muchas veces en el Cuarto Evangelio el Discípulo Amado está explícitamente puesto en superioridad además de Pedro. Algunos de los ejemplos que él menciona (Brown 1979: 82-83) son como lo siguiente:
* en 13:23-26 el Discípulo Amado se está reclinando sobre el pecho de Jesús mientras que Pedro tiene que suplicarle al Discípulo que le haga una pregunta a Jesús por cuenta de él;
* el Evangelio de María describe a Pedro como siendo celoso de las revelaciones que la Magdalena recibió del Cristo Resucitado (NHC BG 8502.1.17.7ff) (Robinson 1988: 526-527);
* el Evangelio de Tomás describe a Pedro diciendo lo siguiente sobre la Magdalena: "Dejen que María se nos vaya, porque las mujeres no son dignas de la vida" (NHC II.2.51.19-20) (Robinson 1988: 138);
* en el Evangelio de Felipe la afinidad entre Jesús y María Magdalena se compare con tal afinidad entre Jesús y el resto de los discípulos (NHC II.3.63.32ff) (Robinson 1977: 138; 1988: 148);
La iglesia no tiene problema con la erudición prevaleciente que dice que un hombre, de quien su nombre ni si siquiera nos sabemos, escribió uno de los documentos Cristianos más sagrados. Imagínese -- hasta un hombre sin nombre es preferible a una mujer. La Iglesia institucional probablemente nunca reconocerán a María Magdalena como autora de un Evangelio en el Nuevo Testamento.
¿Porque es que María Magdalena es la prostituta más famosa del mundo cuando la Biblia nunca dice específicamente que ella era una prostituta?
María Magdalena es mencionada, tanto en el Nuevo Testamento canónico como en varios evangelios apócrifos, como una distinguida discípula de Jesús de Nazareth. Es considerada santa por la Iglesia Católica Romana, la Iglesia Ortodoxa y la Comunión Anglicana, que celebran su festividad el 22 de julio. Reviste una especial importancia para las corrientes gnósticas del cristianismo. Su nombre hace referencia a su lugar de procedencia: María de Magdala, localidad situada en la costa occidental de lago de Tiberíades. Hay quien pone en duda su existencia histórica, aunque autores ateos o agnósticos expertos en el "Jesús histórico" no dudan de su historicidad.
María Magdalena ha sido identificada a menudo con otras mujeres que aparecen en los evangelios. A partir de los siglos VI y VII, en la Iglesia Latina se tendió a identificar a María Magdalena con la mujer pecadora que, en Galilea, en casa de Simón el fariseo, ungió los pies de Jesús con sus lágrimas. los datos evangélicos no sugieren que haya que identificar a María Magdalena con María, la que le unge a Jesús en Betania, pues parece que ésta es la hermana de Lázaro. Tampoco permiten deducir que sea la misma que la pecadora que según Lucas ungió a Jesús, aunque la identificación es comprensible por el hecho de que San Lucas, inmediatamente después del relato en que Jesús perdona a esta mujer, señala que le asistían algunas mujeres, entre ellas María Magdalena, de la que había expulsado siete demonios.
Mientras que el cristianismo oriental honra especialmente a María Magdalena por su cercanía a Jesús, considerándola "igual a los apóstoles", en Occidente se desarrolló, basándose en su identificación con otras mujeres de los evangelios la idea de que antes de conocer a Jesús se había dedicado a la prostitución. Esta idea nace, en primer lugar, de la identificación de María con la pecadora de Lc 7:36-50, de quien se dice únicamente que era pecadora y que amó mucho; en segundo lugar, de la referencia en Lc 8:2, donde se dice, esta vez refiriéndose claramente a María Magdalena, que de ella "habían salido siete demonios". De toda forma, según las palabras de Jesus, se puede ver la figura de Maria Magdalena bajo otro aspecto:
"Le son perdonados sus muchos pecados, porque ha amado mucho" (Lc 7,47)
Su pasado pecador no es un desdoro. Pedro fue infiel a Jesús y Pablo un perseguidor de los cristianos. Su grandeza no está en su impecabilidad sino en su amor.
Sin embargo no podemos entender la importancia de María Magdalena sin los evangelios apócrifos.
Cuando hablamos de evangelios "apócrifos" esto significa que no han sido considerados oficiales por la iglesia, que no han sido considerados como "inspirados". Esta distinción se hizo sólo hacia el siglo III o IV. En las primeras comunidades cristianas existían muchos evangelios y no había diferencia entre los apócrifos y los oficiales. Llegó un momento en que había unos 100 evangelios y la iglesia comenzó a separarlos y escogió cuatro que según la iglesia tenían mayor credibilidad y se consideran inspirados por Dios, y a los otros entonces se los empezó a considerar falsos, cuando en realidad en un principio todos eran iguales. Muchos de esos apócrifos fueron quemados y desaparecieron.
En los inicios del cristianismo hubo dos corrientes en pugna: "la corriente tradicional, de Pablo y Pedro, y la de los gnósticos capitaneada por María Magdalena", pero después cuando gana la corriente masculina de Pedro y de Pablo empiezan a arrinconar a la corriente gnóstica de María Magdalena y poco a poco empiezan a perseguir a los gnósticos, una de las corrientes de principios del cristianismo. Los evangelios apócrifos también presentan a un Jesús "mucho más gnóstico", "gnosis" significa conocimiento, es decir a una teología "basada sobre el conocimiento más que en el pecado". Los gnósticos -una filosofía de origen griega- decían que el mal venía de la ignorancia y por lo tanto la forma de redimirse era el conocimiento.
¿El autoconocimiento?
Así es y por tanto la salvación no era a través de la fe, de alguien de afuera que nos viene a salvar, sino que con el autoconocimiento es como llegamos a encontrar al Dios que está dentro de nosotros. Para los gnósticos no había jerarquías, Dios está dentro de la conciencia, mientras que en la otra corriente, la más tradicional, Dios estaba fuera, estaba encarnado en Jesús y el pecado es el origen de todos los males. Por lo tanto, para salvarse hay que liberarse del pecado original a través de los sacramentos, siempre a través del exterior.
Algunos autores recientes han puesto en circulación una hipótesis según la cual María Magdalena habría sido la esposa, o la compañera sentimental, de Jesús de Nazareth, además de la depositaria de una tradición cristiana de signo feminista que habría sido cuidadosamente ocultada por la Iglesia Católica. Estas ideas fueron desarrolladas primero en algunos libros de historia, como El enigma sagrado ("The Holy Blood and the Holy Grail", 1982), de Michael Baigent, Richard Leigh, Henry Lincoln; y La revelación de los templarios ("The Templar Revelation", 1997), de Lynn Picknett y Clive Princey, Peter Berling (Los hijos del Grial) y Dan Brown (El código Da Vinci, 2003), entre muchos otros.Los partidarios de esta idea, se apoyan en tres argumentos:
1. En varios textos gnósticos, como el evangelio de Felipe, se muestra que Jesús tenía con María Magdalena una relación de mayor cercanía que con el resto de sus discípulos, incluidos los apóstoles. No obstante, esta interpretación no tiene en cuenta que, de acuerdo con el carácter simbólico de estos textos, lo más probable es que en ellos María Magdalena sea una representación de los gnósticos como verdaderos depositarios de las enseñanzas secretas de Jesús, en tanto que los apóstoles simbolizan seguramente a la Iglesia oficial que, según el punto de vista gnóstico, no comprendió sus enseñanzas y las desfiguró.
2. En los evangelios canónicos, María Magdalena es, excluida la madre de Jesús, la mujer que más veces aparece (17 vez mas que Maria Madre) y es presentada además como seguidora cercana de Jesús.
3. Otro argumento que esgrimen los defensores de la teoría del matrimonio entre Jesús y María Magdalena es que en la Palestina de la época era raro que un varón judío de la edad de Jesús (unos treinta años) permaneciese soltero, especialmente si se dedicaba a enseñar como rabino, ya que eso hubiese ido en contra del mandamiento divino "Creced y multiplicaos". No obstante, el judaísmo que profesó Jesús era muy distinto del actual, y el papel del rabino no estaba todavía bien definido. Sólo después de la destrucción del Segundo Templo, en 70, el papel del rabino quedó establecido con claridad en las comunidades judías. Antes de Jesús, está atestiguada la existencia de maestros religiosos solteros, por ejemplo en los círculos esenios. También Juan el Bautista fue soltero, según todos los indicios. Más adelante, algunos primeros cristianos, como Pablo de Tarso, serían también predicadores célibes.
María Magdalena, ¿pecadora?
¿A qué se dedicaba María Magdalena antes de su encuentro con Jesús, es decir, antes de su conversión y de decidirse a seguir los mandamientos del Maestro?
Para muchos cristianos, la pregunta es muy sencilla y tiene una respuesta casi obvia: María Magdalena era pecadora pública, prostituta. La tradición cristiana, y una abundante iconografía, corroboran esa respuesta.Sin embargo, si queremos apoyar esa afirmación en las Escrituras, nos llevaremos una sorpresa. En ningún lugar del evangelio dice que Magdalena fuera prostituta; ni siquiera que fuera pecadora.
Se dice que Jesús tuvo una seguidora que lo amó tanto como para tener el valor de asistir a su crucifixión, una seguidora a la que él amo tanto que le eligió como la primera persona en saber de su resurrección. Este personaje ha llegado hasta nosotros con una profesión y un nombre polémicos: María Magdalena, la prostituta. Pero en los evangelios Canónicos nunca se la presenta como tal, a lo sumo se la relaciona como una pecadora arrepentida. La vinculación de María Magdalena con una prostituta se debe a una interpretación bastante tardía, realizada por lo menos en el siglo IV, si no más tarde, que basa en una lectura discutible del célebre pasaje del Evangelio según San Lucas en el que aparece una pecadora que lava los pies del Señor y los enjuaga con sus cabellos. El lavado de pies era un servicio que se hacía para mostrar acogida y hospitalidad o simplemente por deferencia. Normalmente lo realizaba un esclavo no judío o una mujer, pero no una prostituta. Una interpretación literal del personaje de la Magdalena y de su profesión no solo resulta errónea y desecadora, sino que también puede inducirnos a error o impedirnos descubrir qué se oculta detrás de uno de los temas más ricos y bellos del cristianismo.
María Magdalena permanece, hasta el día de hoy, como una de las figuras más alusivas y misteriosas. No es nueva la especulación del rol que jugó en el desarrollo del inicio del Cristianismo; ha sido tema de muchas teorías y mitos a través de la historia eclesiástica. Esta especulación ha sido el resultado del silencio ensordecedor dentro de las propias Escrituras; esta mujer aparece citada en los Cuatro Evangelios como la que presenció la Crucifixión de Jesús y la tumba vacía en la mañana de la Resurrección. ¿Por qué no sabemos nada más acerca de ella? ¿Qué contribuciones aportó al desenvolvimiento de la iglesia en sus inicios que no conocemos?
Las muchas contribuciones positivas hechas por las mujeres al desarrollo de los inicios de la iglesia se han reducido al mínimo a través de la historia. Según nuevos estudios el papel prominente de las discípulas femeninas fue una pieza fuertemente enraizada de la tradición que se convirtió rápidamente en una vergüenza a los líderes masculinos de la iglesia institucional emergente. Muchos eruditos prominentes han discutido, absolutamente convincentemente, que había un esfuerzo concertado de parte de la dirección masculina de la iglesia antigua para suprimir el conocimiento de cualquier contribución importante hecha por las discípulas femeninas.
La investigación de Raymond E. Brown (1979) se utiliza como la base primaria para este artículo.
Según Brown, el Cuarto Evangelio fue originado por un seguidor anónimo de Jesús identificado adentro del texto del Evangelio como el Discípulo Amado. Este Discípulo Amado conoció a Jesús personalmente y estaba en el grupo original de la Comunidad Joánica (Brown 1979: 31). El Cuarto Evangelio fue basado en la cuenta del testimonio ocular de este Discípulo (Juan 21:24).
En un cierto punto después de la muerte de Jesús, los líderes masculinos emergentes de esa Comunidad simplemente se desconcertaron sobre tener una fundadora femenina. (Recuérdese, estamos haciendo referencia a las actitudes masculinos sobre las mujeres hace 2,000 años.) Para amalgamizar su comunidad con la mayoría de la sociedad, suprimieron algunas de las prácticas más radicales que Jesús les enseñó con su ejemplo -- tal como tratar cada uno con dignidad, igualdad, y respeto, incluyendo el enfermo, los pobres, los oprimidos y las mujeres.
Hoy, la mayoría de los eruditos bíblicos, Católicos y Protestantes, afirman que San Juan de Zebedeo no escribió el Cuarto Evangelio. Atribuyen la profesión de autor al Discípulo Amado "anónimo."
Muchos grupos Gnósticos practicaron igualdad radical. Creyeron que Dios actuaba y se comunicaba a través de tanto los hombres como las mujeres. Tanto hombres como mujeres eran líderes y profetas en sus comunidades. Muchos hombres, incluyendo ésos en la iglesia, se sintieron amenazados por ellos.
Los Cristianos Apostólicos se validaron como creyentes "ortodoxos" porque estaban dispuestos a modificar sus creencias cristológicos para conformarse con las enseñanzas de la jerarquía de la iglesia institucional emergente. Los Gnósticos o Secesionistas fueron rápidamente nombrados como "heréticos" por la iglesia porque no hicieron tales modificaciones.
Los Cristianos Apostólicos, por otra parte, se alinearon con la iglesia institucional. Los líderes de la iglesia institucional ejercieron presión sobre ellos para suprimir, entre otras cosas, su tradición afirmando que una mujer era su fundadora y líder anterior. El resultado final de esta supresión es el Cuarto Evangelio como lo tenemos hoy.
Alguien, un redactor, encubrió cuidadosamente la identidad de María Magdalena como la Discípula Amada, refiriéndole solamente como un discípulo anónimo. El redactor formuló de otra manera cualquier referencia a María Magdalena substituyéndolas con referencias anónimas al Discípulo Amado o a "otro discípulo." Para la mayoría del documento esto era bastante fácil de hacer y el texto que resultaba aparecía ser congruente. En vez de ver la Magdalena nombrada, al que lee se le presenta simplemente el discípulo masculino anónimo.
Quitando referencias a María Magdalena de la mayoría de la historia era fácil. Sin embargo, en el camino de su obra, el redactor fue enfrentado con un problema. La tradición que coloca a María Magdalena en el pie de la Cruz y en la Tumba Vacía en la mañana del domingo era demasiado fuerte para negar. La presencia de la Magdalena en ambos de estos acontecimientos era conocimiento común entre la mayoría de las comunidades Cristianas tempranas.
El redactor no podía omitir fácilmente cualquier referencia a la Magdalena en la Crucifixión o cualquier referencia a ella como testigo primario a la Resurrección. Sin embargo, el redactor todavía deseó establecer el Discípulo Amado como el fundador de su comunidad y como testigo ocular a estos acontecimientos importantes en la obra de la salvación. Así, él podría todavía mantener que el fundador de su comunidad era un testigo ocular a los acontecimientos en el Evangelio aunque él no puede inexplicablemente revelar su identidad (Juan 21:24).
La solución para este problema era realmente absolutamente simple. En esos dos acontecimientos donde no se podría negar la presencia de la Magdalena, así que se formulará de otra manera el texto para ser aparecer que María Magdalena y el Discípulo Amado son dos individuos distintos que aparecen simultáneamente en el mismo lugar, al mismo tiempo. Por consiguiente, María Magdalena y el Discípulo Amado masculino aparecen juntos en el Cuarto Evangelio en solamente dos segmentos -- 19:25-27 (en el pie de la Cruz) y 20:1-11 (en la Tumba Vacía en la mañana del domingo).
El segmento del Cuarto Evangelio que tiene María Magdalena y el Discípulo Amado junto en el pie de la Cruz dice lo siguiente:
**Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, y la hermana de su madre, María, esposa de Cleofas, y María Magdalena. Cuando Jesús vio a su madre, y junto a ella al discípulo a quien él quería mucho, él dijo... (Juan 19:25ff)**
La estructura de esta lectura está muy extraña. En la primera sentencia (v. 25) se puede leer una lista de las mujeres que estaban junto a la Cruz de Jesús. En la segunda sentencia (v. 26) se parece referir a la lista ya mencionada de mujeres junto a la Cruz cuando se llama a una de ellas el discípulo que Jesús quería mucho. Si uno leyera solamente la porción del segmento ya citado, uno asumiría fácilmente que el "Discípulo Amado" es una de las mujeres junto a la Cruz con la madre de Jesús. (Lee te lo otra vez y vea si usted no estas de acuerdo.)
La lectura entera dice lo siguiente:
**Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, y la hermana de su madre, María, esposa de Cleofas, y María Magdalena. Cuando Jesús vio a su madre, y junto a ella al discípulo a quien él quería mucho, el dijo a su madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo." Luego le dijo al discípulo: "Ahí tienes a tu madre." Desde entonces, ese discípulo la recibió en su casa. (Juan 19:25-27)**
La versión original ante-canónico de este segmento refirió probablemente a María Magdalena como la discípula que Jesús quería mucho. Con el uso de pronombres masculinos (en Griego), quien redactó podía cambiar la Discípula Amada en el varón anónimo aparentemente como una idea posterior.
Brown ha observado que muchas veces en el Cuarto Evangelio el Discípulo Amado está explícitamente puesto en superioridad además de Pedro. Algunos de los ejemplos que él menciona (Brown 1979: 82-83) son como lo siguiente:
* en 13:23-26 el Discípulo Amado se está reclinando sobre el pecho de Jesús mientras que Pedro tiene que suplicarle al Discípulo que le haga una pregunta a Jesús por cuenta de él;
* el Evangelio de María describe a Pedro como siendo celoso de las revelaciones que la Magdalena recibió del Cristo Resucitado (NHC BG 8502.1.17.7ff) (Robinson 1988: 526-527);
* el Evangelio de Tomás describe a Pedro diciendo lo siguiente sobre la Magdalena: "Dejen que María se nos vaya, porque las mujeres no son dignas de la vida" (NHC II.2.51.19-20) (Robinson 1988: 138);
* en el Evangelio de Felipe la afinidad entre Jesús y María Magdalena se compare con tal afinidad entre Jesús y el resto de los discípulos (NHC II.3.63.32ff) (Robinson 1977: 138; 1988: 148);
La iglesia no tiene problema con la erudición prevaleciente que dice que un hombre, de quien su nombre ni si siquiera nos sabemos, escribió uno de los documentos Cristianos más sagrados. Imagínese -- hasta un hombre sin nombre es preferible a una mujer. La Iglesia institucional probablemente nunca reconocerán a María Magdalena como autora de un Evangelio en el Nuevo Testamento.
¿Porque es que María Magdalena es la prostituta más famosa del mundo cuando la Biblia nunca dice específicamente que ella era una prostituta?
sí que es extraña la estructura de Jn 19:25.
ResponderEliminarno veo tan clara una división inicial entre gnosis y pedro-pablistas. Lo de Pablo es helenismo; y eso se nota mucho en sus discursos sobre la inferioridad de la mujer.
no sabía de esta lectura sobre el discipulo amado; parece interesante.
aunque veo un poco exagerado llamar "libros historicos" a las novelas historicas.
no todas las sociedades de hace 2.000 años eran tan misoginas. Un dios como el que pretenden los cristianos podría haber escogido otros lugares y/o otros tiempos.
y podría haber tenido más omnisciencia a la hora de escoger sus discipulos y vigilar como mantenían el chiringuito.
y, ya puestos, podría haber dicho y hecho menos barbaridades que las que cuentan los libros apocrifos y canonicos.
que guapas las imagenes. no las había visto.
ResponderEliminaruna historia sobre el 7, un demonio y amadores muertos; la viuda que se casa con el hijo de Tobías.